La filosofía interminable de Ende: La Emperatriz Infantil, la que gobierna sin mandar


Roberto Carlos Garnica Castro


Silfos nocturnos, fuegos fatuos y comerrocas, una tortuga gigante, un monstruo proteico y un dragón de la suerte, oráculos y esfinges, hombres lobo, brujas y vampiros, tres niños (una emperatriz, un héroe y un lector apasionado), y muchas otras criaturas fantásticas, hacen de La historia interminable un impulso para soñar y viajar. 
Es también un texto que estimula el pensamiento. ¿Me acompañas a desentrañar sus tesoros filosóficos?

La Emperatriz Infantil, la que gobierna sin mandar

En El Llamamiento de Atreyu (segundo capítulo de La historia interminable) los 500 médicos más sabios de Fantasia están reunidos en el gran Salón del Trono. La Emperatriz Infantil está enferma y, al parecer, su preocupante estado se asocia con la inminente destrucción de Fantasia. El centauro Cairon declara que la medicina nada puede hacer y que la última esperanza es que un valiente héroe emprenda la Gran Búsqueda. Es así como se encomienda a Atreyu, un niño piel verde, la misión de “encontrar el remedio para la Emperatriz Infantil y salvar Fantasia” (Ende, 2022, p. 48).

Además de la historia, que es fascinante, el Capítulo II aborda varios tópicos filosóficos: el carácter ineludible de la enfermedad y la muerte, la felicidad como algo que excede las condiciones materiales, la subjetividad de la experiencia del tiempo, la ética caballeresca del cazador, las capacidades extraordinarias de los niños, etc. En esta tercera entrega de La filosofía interminable de Ende, nos sumergiremos en dicho apartado para reflexionar en torno a la facultad de gobernar bien.

Con pocas pinceladas, Michael Ende nos ofrece una extraordinaria lección de filosofía política. Fantasia es un imperio en el que se congregan infinitos reinos que, a pesar de los conflictos entre algunos de ellos, mantiene un equilibrado orden global. Es un universo sin fronteras exteriores en el que conviven los seres más heterogéneos: animales parlantes, enanos, hadas, genios acuáticos, serpientes blancas, elfos abeja, centauros, pieles verdes, brujas, vampiros, espectros (por mencionar sólo algunos de los que aparecen en este capítulo). Aunque cada pueblo tiene su propia lengua, pueden comunicarse entre sí porque todos dominan el idioma universal: el fantasio clásico o Gran Lenguaje. Sin embargo, la unión orgánica de ese universo se mantiene gracias a su lideresa: la Emperatriz Infantil.

En la constitución de dicho personaje se cuestionan tres condiciones de los sistemas políticos tradicionales: no se trata de un varón sino de una mujer, no es un adulto sino una niña, no dirige como la cabeza sino que da vida como el corazón.

Ende (2022) explica que “era mucho más que una soberana o, mejor dicho, era algo muy distinto”: al modo de la wu wei taoísta (la no-acción, la no-intervención), la Emperatriz infantil “no gobernaba, nunca había utilizado la fuerza ni hecho uso de su poder, no mandaba nada ni daba órdenes a nadie, nunca atacaba ni tenía que defenderse”. En la misma sintonía, Lao Tse (s. f.) expresa que “el sabio controla sin autoridad, y enseña sin palabras; él deja que todas las cosas asciendan y caigan, nutre, pero no interfiere” (p. 2). Para mantener el equilibrio es suficiente que Ella exista (ser vale más que hacer). Más aún, “sin ella no podía subsistir nada” (Ende, 2022, p. 39).

De esta manera, la Emperatriz Infantil no ordena desde arriba, sino que vivifica desde el centro. Y no hace distinciones entre sus súbditos: “para ella todos eran iguales […] todas las creaturas, buenas o malas, hermosa o feas, divertidas o serias, necias o sabias, todas, estaban allí sólo porque ella existía” (Ende, 2022, p. 39).

Incluso podemos imaginarla como una deidad impersonal, imparcial y contemplativa de quien irradia todo. Es cierto que Ende no se refiere a la Emperatriz Infantil como diosa, pero el medallón Áuryn, el objeto o signo que la representa y cuyo nombre no debe pronunciar cualquiera, tiene poderes secretos y expresa la presencia misteriosa de la Soberana: “Áuryn te protegerá y guiará, pero tú no deberás intervenir, porque tu propia opinión no cuenta a partir de ahora” (Ende, 2022, p. 49).

Más aún, el modo de proceder de la Niña de los mil nombres es meta-humano y meta-racional: “las decisiones de la Emperatriz infantil son difíciles de comprender […] ¡Evidentemente, es una locura! Y si lo hizo deliberadamente, entonces… entonces…” (Ende, 2022, p. 47).

En esta entrega no abordamos todas las cuestiones filosóficas que se tocan en el Capítulo II de La historia interminable. Ya habrá ocasión para hablar de ellas. Pero queda claro que las imágenes y las ideas de dicho libro nos proporcionan herramientas para pensar la política y la teología desde una perspectiva meta-racional y pospatriarcal.

Imagen de la entrada: “El juego: El héroe, la esperanza y la perdición” por Yami Hernández @yamiherdez

Referencias.

Ende, Michael (2022). La historia interminable. Alfaguara.

Lao Tse (s. f.). Tao Te King. Nueva Acrópolis. Recuperado de https://www.nueva-acropolis.es/filiales/libros/Lao_Tse-Tao_Te_King.pdf

Literomancia: reflexiones respecto a una nueva Asociación Mexicana de Fantasía y Ciencia Ficción

Miguel Almanza


No recordaba que la vida de estudiante requería tanto tiempo y he faltado a mi palabra de ofrecer columnas, aún así hoy tengo un asunto muy relevante para los lectores: me permito opinar sobre el tema que ronda el Callejón de la Fantasía y la Ciencia Ficción Mexicana (le llamó así porque, aunque se ha ido consolidando, aún no tiene los alcances deseados, algo muy difícil de lograr en la era del TikTok en que ganar la atención de las audiencias es una proeza).

En este contexto de competencia desigual por la atención masiva, la fantasía y la ciencia ficción mexicana se encuentra en cierta precariedad, siendo en ocasiones ninguneada por los menos entendidos. La propuesta de Oscar González, editor de Colectivero, ha resonado fuerte, pues no es cualquier cosa. Se ha recordado a la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción de los noventas como el antecesor para tratar de aprender de ello y varios compañeros han contrastado pros y contras. Sin embargo, creo que la propuesta es buena porque detecta la necesidad de difusión y distribución.

La gente se puede asociar para lo que sea, pero en cualquier asociación deben estar explícitas las metas y objetivos, para que los esfuerzos colectivos se realicen en la dirección propuesta. Así ya sabes a qué te apuntas. Tal vez en este caso falta un poco más de reflexión, de discusión, de interacción entre los diversos proyectos para llegar a acuerdos y objetivos generales. Como la reunión virtual para platicar este tema se canceló, no me quedo con las ganas de compartir mis reflexiones a respecto:

1) ¿Sólo escritores? O también: editores, promotores, investigadores, ilustradores, cineastas, etcétera. La propuesta de que sean solo escritores ya deja fuera a muchos que tenemos doble cualidad, lo que desanima. Aunque se me ocurre lo siguiente: ¿que tal si la asociación se conformara por dos ramas? Los editores, promotores e investigadores por un lado; y los escritores o creadores por el otro. Mi propuesta es dialéctica, ya que las diferencias de perspectivas entre escritores y editores, nos daría la tesis a seguir, la solución argumentada y discutida para llegar a una conformidad. Una asociación así tendría dos ramas: quienes se dedican a la publicación, promoción, investigación y difusión; y quienes realizan creación, no solo literaria pues estaría abierta a otras artes.

2) Los peligros. En mi experiencia como promotor cultural y activista, he visto a muchos colectivos y organizaciones que, al tener cierto éxito, son autoconsumidas por el propio ego, proclamándose élite simplemente porque pocas personas trabajan o producen algo específico. Creo que el elitismo es una ilusión del éxito mal entendido. Así asfixian su propio proyecto. También muchas instituciones incurren en el error garrafal de olvidar para qué fueron construidas, y comienzan a procurar ante todo su propia subsistencia, sin importar que ello contradiga su esencia de existir. Creo que la traición a los objetivos es el suicidio de cualquier asociación y este peligro no debe dejar de observarse, es el precipicio de lo que no queremos. No se trata de monopolizar, sino de procurar, difundir incluso a aquellos que no son mis amigos o con quien no estoy de acuerdo. Se busca democratizar la cultura y la diversidad de propuestas.

3) Claridad de la propuesta de objetivos y metas. La idea está apenas en la mesa, es un deseo en voz alta. Pero un deseo de muchos. La sinergia proviene de la nitidez y concreción de los objetivos y metas generales. Acá comparto dos ideas que se me ocurrieron a partir de los comentarios y reflexiones que leí en las redes. Visión: lograr que el mexicano promedio pueda referir obras de fantasía o ciencia ficción mexicana. Parece sencillo, pero estamos hablando de tocar un público de millones de personas. Misión: difundir, promover y distribuir los trabajos creativos para consolidar una presencia a nivel nacional e internacional. Creo que en ello estamos de acuerdo la mayoría, aunque quedan por definir los objetivos generales y específicos.

4) Los sueños son hermosos hasta que se topan con el mundo material. Hay que considerar que fundar una asociación requiere recursos económicos y pensar de dónde saldrán los recursos, ¿de los miembros? ¿Donaciones? ¿Subvenciones gubernamentales? Este punto ya comienza a ser escabroso. También se necesitaría escribir un acta constitutiva y las normas de procedimientos, el manejo transparente y adecuado de finanzas, etcétera; es trabajo administrativo que de inicio alguien tiene que realizar y muy probablemente sin remuneración económica. ¿Quién está dispuesto(a) a ello y cómo elegirle? No será nada fácil y quizás sea uno de los trabajos menos reconocidos pues es el andamiaje tras bambalinas; este administrador (o administradores) tendrá que lidiar también con las quejas, criticas o exigencias de los miembros. Un trabajo nada fácil.

De momento, este es mi aporte a la discusión del tema, ojalá se pueda realizar algún foro para seguir platicando e ir puliendo la idea. Creo que la atmósfera general a respecto es de entusiasmo (hasta memes hubo), pero es un movimiento que no se debe realizar a la ligera.