Un artista persiguiendo sus propias ideas

Entrevista a Raúl Cruz Figueroa (Racrufi) por Joel Cuéllar


Raúl Cruz Figueroa (Racrufi) y Joel Cuéllar

El 12 de junio 2022, en el contexto del evento “Los modernos tlacuilos: Multiversos de Narradores Gráficos Mexicanos”, en el museo de la Ciudad de México, nos reunimos con Raúl Cruz Figueroa, mejor conocido como RACRUFI. Maestro de maestros del arte fantástico mexicano, se trata de uno de los artistas plásticos contemporáneos más relevantes en la escena de la ciencia ficción y fantasía de México.

Durante esta charla nos habló sobre su proceso, orígenes, trayectoria y en especial sobre las lecciones que ha aprendido a lo largo del camino de las cuales todos podemos abrevar un poco. A continuación transcribimos algunos de los extractos más importantes de dicha entrevista.

Racrufi se ha distinguido no solamente por la calidad de su técnica, la cual se hace patente al ver la obra en vivo, donde podemos corroborar que ninguna fotografía le hace justicia. También por su particular temática, la cual combina elementos prehispánicos o folclóricos mexicanos con ideas fantásticas y de ciencia ficción. Sobre esto nos comentó:

Este trabajo es el resultado, por muy cursi que suene, de mucha pasión por crear, por dibujar, por la ciencia ficción y por la fantasía. En algún momento de mi adolescencia quise darle una identidad propia a mi trabajo porque la gran mayoría de las personas que lo veía intuía que yo había tomado el robot, la nave o lo que hubiera hecho de lo que estuviera de moda en ese momento, algún programa de televisión o alguna película.

Es algo lógico, no lo considero algo malo, pero yo tenía la enorme necesidad de hacer algo propio, entonces un día se me ocurrió utilizar una cabeza de Quetzalcóatl para convertirla en una nave espacial y así surgió. Posteriormente hice el calendario azteca en una nave espacial, luego hice un robot al estilo de un guerrero mexica.

Racrufi ha utilizado muchas técnicas, desde el lápiz, la acuarela, el aerógrafo. Durante dichas exploraciones ha encontrado que el acrílico sobre tela es su preferida. Para él dicha búsqueda se puede resumir de la siguiente manera:

Todo ha sido a través del tiempo, de estar trabajando, experimentando siempre por el gusto y yo diría que incluso por la necesidad biológica de estar siempre haciendo algo.

Esto último se hace particularmente interesante cuando nos enteramos que él no cuenta con estudios de licenciatura en artes plásticas.

No tengo una carrera de licenciatura de arte, todo ha sido a través del gusto, de la práctica y la observación. Obviamente lo ideal para un artista es tener una carrera y además tener el placer o la pasión de hacerlo. Para bien o mal nadie me ha pedido un título profesional, quiero pensar que es porque mi trabajo de alguna forma habla de la práctica que ya he tenido. Yo creo que todo lo académico es básico, que se necesita realmente, yo lo he aprendido por mi cuenta pero es una preparación que sí se debe hacer.

Quizás una de las ventajas de no tener una carrera es que hay una libertad creativa, no hay un camino que seguir porque haya sido el que nos dijeron en la escuela. El uso de la acuarela, del acrílico o de cualquier otro material yo lo he hecho con base en experimentaciones, en si los resultados me han gustado o no. Pero que no necesariamente tienen que venir de una clase o de un libro y me ha sucedido que espontáneamente a través de ese acto han surgido cosas que por lo menos a mí me gustan aunque no sean estrictamente académicas.

Probablemente el mejor ejemplo de la combinación entre dicha búsqueda de identidad y la experimentación artística de Racrufi sea su uso del papel amate.

Me gusta mucho su textura, pero no sé cómo me vino a la mente esa idea, un día se me ocurrió tomar una pistola de calor y empezar a quemar ciertas áreas del papel amate y me gustó porque se vuelve rojizo y puede dar un acabado interesante.

Cabe destacar que a pesar de la longeva carrera de Racrifu, creando volantes o carteles para eventos con temas fantásticos y de ciencia ficción, esto no se tradujo en éxito económico. Por lo que se ha dedicado de manera paralela a una carrera en la ilustración y la publicidad.

Cuando yo empezaba todo esto, en la adolescencia, tenía una ilusión muy sólida y muy fuerte de dedicarme sólo a hacer arte de ciencia ficción. Mis primeros contactos fueron libros de arte fantástico que llegaban a México de Boris Vallejo, de Frazetta, de varios maestros de los 60s, 70s u 80s y ese era mi sueño.

Yo no sabía que en México no había un mercado de ciencia ficción, no hay una industria de ciencia ficción y todo lo que conocemos de ciencia ficción en México viene de fuera, especialmente de Estados Unidos.

Con los años yo tuve que aceptar esa realidad y para vivir tuve que empezar a aceptar trabajos de arte que no tenían nada que ver con ciencia ficción. He hecho portadas de libros didácticos, escolares, revistas y un montón de trabajo que no tiene nada que ver.

Gran parte de mi tiempo lo dedico a hacer arte para publicidad, no necesariamente de fantasía y ciencia ficción. No hay un mercado muy grande para ello en México, hablando de lo gráfico, yo sé que literariamente es mucho más grande.

Encuentro «Los modernos tlacuilos: Multiversos de Narradores Gráficos Mexicanos”, en el Museo de la Ciudad de México, 2022

El maestro considera importante el contacto con otros artistas con inquietudes similares.

A mí me gusta mucho porque es muy enriquecedor. La retroalimentación, el que cada uno de nosotros nos compartamos nuestras experiencias, nuestras técnicas o nuestras ideas. Por supuesto, llega a haber alguna situación en la que llegamos a encontrar a alguien que no solamente se niega a compartir, sino que además es un poco antagonista, pero es lo menos.

Es común que un autor reconocido pierda la proporción de su éxito y que la soberbia se haga presente, algo que Raúl tiene muy presente.

Por supuesto, tengo mi ego. Mi ego es parte importante para hacer la obra, me gusta que la gente admire mi trabajo, pero me gusta tener mi ego en privado. Finalmente todos somos vulnerables, falibles y quien tiene que hablar por nosotros es la obra. La mejor muestra ególatra de un artista es su obra.

Como ya se mencionó, la necesidad económica hizo que el maestro no pudiera concentrar su obra exclusivamente en los temas de su interés. Sin embargo, recientemente ha podido combinar esas dos líneas de trabajo, que hasta ahora habían sido paralelas:

A partir del Internet la apertura es mayor y ahora tengo clientes que no son de México, clientes de Dinamarca, de Estados Unidos, España u otros países, todo por Internet y que sí son temas de ciencia ficción.

Por ejemplo, hay una empresa de Dinamarca que se llama Tinmen que me encargan puros dragones, robotizados, de fuego, hace poco hice unos dragones de nebulosa, muchos tipos de dragones. Colaboro con una empresa que se llama Sivifi que hace videojuegos, les hago robots, insectos robotizados, paisajes, escenarios o escenas con un estilo steampunk. Para otra empresa de Texas les hago unas cartas de fantasía y ciencia ficción. Ahí sí son trabajos más enfocados a la temática y al concepto de la ciencia ficción.

Al ser una persona de la vieja escuela, que puede recordar el mundo previo a la revolución digital, Racrufi hace especial énfasis en la manera en la que un autor puede darse a conocer a través de las nuevas redes de comunicación mundial.

Es cierto que si nos basamos en una editorial dejando que se encargue de todo, imprimir, distribuir exhibir, promocionar y vender, el artista tiene más tiempo para crear. Pero también tiene menos ganancias y tiene menos contacto con la gente. Entonces, aunque mi naturaleza no es muy sociable y me la paso encerrado trabajando, me gusta conocer a la gente que disfruta mi trabajo, me gusta platicar con ellos porque hay una retroalimentación. Esto es algo que ha permitido el Internet porque saltas todos los intermediarios que eran los que decidían si salía o no a la venta algo, si les ponías un cierto precio o no. Bueno, pues afortunadamente ya no tenemos que buscar su bendición.

Alcatraces por Racrufi

Nos comentó acerca de la importancia del contacto directo con su audiencia, en especial pensando en los futuros artistas.

Entonces ya nosotros personalmente decidimos tener el contacto directo con la gente, a veces hay tiempo, a veces no; tiene sus ventajas, sus desventajas. Pero a mí me parece que es muy enriquecedor, quiero pensar que ayuda o que puede proyectarle a los chavos que nos vean como alguien más terrenal, más normal.

Yo tengo consciencia de que hago un trabajo que pocos o nadie lo hace, pero yo no dejo de necesitar ir al súper, pagar mi luz, mi agua. Esta idealización que se llega a hacer de los artistas me gusta aterrizarla para que los chavos que aspiran a eso se den cuenta de que no hay nada especial. Obvio hay que trabajar duro, hay que practicar, sí hay un precio que pagar pero no es para alguien especial, no es que te haya caído un rayo y te iluminó o que vienes de otro planeta.

El maestro hizo especial énfasis en lo que implica el desarrollar cualquier disciplina, en otras palabras, la importancia del oficio, del gusto que impulsa a practicar haya o no ganancia inmediata.

Sí hay cierto talento, sí hay cierta proclividad, como un deportista, como cuando hay un chavito de diez años que es mejor que otro para jugar al basquetball por ejemplo, eso es un hecho igual que en el arte. Pero puede haber alguien muy bueno para algo y si no practica simplemente no va a desarrollar su talento. Y puede haber alguien que no tena talento pero se esfuerza, practica y lo desarrolla. Entonces la clave para hacer arte o cualquier actividad es la constancia, la práctica todos los días producto del gusto por hacerlo.

No esperes a que alguien te pida algo… Yo un día dije que iba a seguir haciendo mi ciencia ficción aunque no me la encarguen y seguí ahí, trabajando. Yo no pude evitar seguir haciendo ciencia ficción y con el tiempo me di cuenta de que era muy bueno porque no esperé a que viniera alguien o que existiera un mercado, podría decir que hasta estamos abriendo un mercado. Curiosamente mis obras personales que nadie me encargó me han abierto muchas puertas de trabajos comerciales.

Finalmente nos comentó lo que considera fue la clave para convertirse en uno de los artistas plásticos más importantes en el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción en México.

¿Cuál es la clave de esto? Que de toda la creatividad, toda esa inquietud y esa necesidad creativa del artista hay que abrir la válvula para que se desfogue. Llegó a decirme alguien que mis trabajos eran muy locales, que no iba a tener clientes de Estados Unidos, que hiciera otra cosa. Y yo dije que si llegaba a tener clientes de EUA estaría bien pero yo insistí en seguir haciendo mi propio concepto de ciencia ficción mexicana, no me importa si me lo encargan o no me lo encargan. Y el tiempo creo que me dio la razón porque ahora yo me siento muy orgulloso de tener a mis clientes pero por otro lado mi obra personal.

El secreto. Que sigan haciendo sus propias ideas aunque nadie se las encargue. Aunque el maestro no se las dejó de tarea, aunque el cliente no les encargó, sigan haciendo sus obras, practicando, experimentando y todo eso cuenta, absolutamente. Va a llegar un momento en que eso les va a abrir puertas.

Mira la entrevista completa en nuestro canal de youtube y suscríbete